En junio de 2023, Noruega anunció su intención de abrir 281,200 km² del Ártico a la minería en aguas profundas, una zona casi del tamaño de Ecuador. Esto habría convertido al país en el primero del mundo en iniciar esta industria altamente destructiva, poniendo en riesgo ecosistemas marinos únicos de los que aún sabemos muy poco.

Gracias a la presión de miles de personas, Noruega tuvo que pausar sus planes tras perder una votación en el Parlamento. Fue una gran victoria del poder ciudadano.

Pero la historia no termina ahí.

El gobierno noruego pretende reactivar la minería submarina durante las negociaciones presupuestarias de noviembre y diciembre. Y si logran avanzar, el impacto se sentirá en todo el planeta. Tras la aprobación del Tratado Global de los Océanos, proteger estas aguas es crucial para cumplir la meta del 30% de protección marina para 2030.

Mientras tanto, en México ya dimos un paso adelante: el 21 de noviembre de 2023, el Gobierno mexicano anunció su apoyo a la moratoria global para frenar esta industria. Es un avance enorme… pero insuficiente si el resto del mundo no se suma.

Las profundidades marinas son el hogar de miles de especies, muchas aún desconocidas, que podrían desaparecer antes de ser descubiertas. No podemos permitir que una industria naciente destruya estos ecosistemas irreemplazables.

Hoy, personas en todo el mundo están exigiendo una moratoria global y definitiva a la minería en aguas profundas.

Desde México también podemos alzar la voz.
Firma la petición y ayudemos a proteger el fondo marino antes de que sea demasiado tarde.