Las abejas y otros polinizadores garantizan la reproducción del 75% de los cultivos y plantas silvestres. Sin embargo, su población está en declive debido al uso de suelo intensivo, agrotóxicos y el cambio climático, amenazando la biodiversidad y nuestra alimentación.
Este año podría ser el tercer año consecutivo en el que ocurra una muerte masiva de abejas en el estado de Campeche, lo que agrava aún más la crisis.
Bayer, tras adquirir Monsanto, ha impulsado el uso de plaguicidas como el glifosato, fipronil y los neonicotinoides, vinculados a la muerte masiva de abejas. En la Península de Yucatán, el modelo de agricultura intensiva que promueve, ha deforestado la selva, envenenado miles de colmenas y afectando a comunidades apicultoras mayas.
La agroecología es la solución. Un modelo agrícola sin agroquímicos protege a las abejas y promueve un equilibrio entre producción y biodiversidad.
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